Madrid 14/1/40

Madrid, 14/1/1940

Querida madre: aprovecho esta ocasión que se me brinda, aunque no sé en certeza tu dirección, para que veas que no te olvido. Lejanas están las horas en que juntos y en vida familiar con todos, padre y hermanos, vivimos tiempos felices, mas esa separación no ha sido suficiente para que os olvide, en mi estancia en los campos de la isla no dejaba ni un momento de pedir por ti, enterarme de tu estado y no dejaba ni un momento de recordarte, ahora, más lejos, pero con la posibilidad de escribirte lo hago sin pérdida de tiempo y con todo el fervor de un hijo que te quiere por encima de todo.

Creo que al recibir esa ya mis hermanos te han enterado de mi inesperado viaje, me encuentro nada menos que en Madrid, en el bello Madrid, del que yo ansío recorrer sus calles para admirarlo y poder llevarme un vivo retrato de la capital de España, mas eso me es, por el momento, imposible, solo unas cuantas calles que crucé para llegar aquí desde la estación del Mediodía, y que no conseguí ver debido al peso de la maleta que me abrumaba, es lo que he visto de ese Madrid.

Si quieres puedes escribir aquí, aunque a lo mejor al llegar tu carta yo ya no esté. A punto estuvimos de salir para Cádiz, mas se suspendió el viaje y aquí quedamos esperando órdenes, nuestra residencia no es fija, pero no se nos dice nada, por lo que no sabemos hasta cuando estaremos en ese campo.

Sin más saluda a todas tus conocidas de mi parte, principalmente a Pura y tu recibe el cariño de tu hijo.

 Miguel Oliver