Los primeros años en el laboratorio oceanográfico de Palma, Miquel Oliver compaginó su labor científica con la docencia. Fue profesor de ciencias en bachillerato en importantes colegios de ciudad como, Lluis Vives, La Inmaculada, San Luis Gonzaga o San Alfonso de los padres Teatinos. Fue un profesor querido por los alumnos de una generación que siempre le recordaron con reconocimiento y cariño.
“Lo recuerdo como si fuera ahora. Fue el encargado por los curas de darnos lo que se llamaba la “lección inaugural” en la apertura oficial del curso. Lo tradicional, que se repetía año tras año, era colocar en la tarima presidencial a un representante ortodoxo del entonces vigente nacional-catolicismo. Pero Don Miguel –un desconocido para nosotros, entonces- nos habló de la evolución de las anguilas desde su nacimiento en el mar de los Sargazos, momento en que se llamaban algo así como “lectocéfalos” (no me acuerdo de la ortografía exacta del término) pasando por el trámite de angulas hasta alcanzar el grado de anguilas. Fue un aldabonazo inesperado. ¡Por fin alguien decía cosas nuevas! Y un avance de lo que iba a ser un curso interesantísimo en el que Miguel, nuestro querido Don Miguel, aprovechaba gustoso cualquier ocasión para salirse del tema lectivo estricto para pasearnos por los procelosos mares de la vida para insinuarnos el arma invencible que aquellos jovencitos casi imberbes tenían en sus manos si aprendían a comportarse como seres humanos con hombría de bien”